Estridentismo
El Estridentismo fue un movimiento artístico interdisciplinario que se inició el 31 de diciembre de 1921 en la ciudad de México, tras el lanzamiento del manifiesto Actual Nº1 por el poeta Manuel Maples Arce. A él se sumaron Arqueles Vela, Germán List Arzubide, Salvador Gallardo, Germán Cueto, Ramón Alva de la Canal y Leopoldo Méndez, quienes constituirían el grupo estridentista, propiamente dicho. En 1925, la mayoría de ellos se establece en Xalapa, donde realizan una gran labor editorial, cultural y educativa bajo los auspicios del gobernador de Veracruz Heriberto Jara, hasta que éste fue depuesto y el grupo se disolvió, en 1927. Cada uno continuó produciendo obras por separado, y es así como encontramos autores produciendo aún en los años 1980 y años 1990.
Estéticamente, los artistas estridentistas conjugaban el simultaneísmo del cubismo, la irreverencia de Dadá y el aspecto moderno del futurismo. Su eclecticismo los llevó a procurar una simbiosis original entre todas las tendencias de la vanguardia, además de desarrollar una dimensión social, derivada de la Revolución mexicana. Junto con los Contemporáneos, representan el impulso de renovación estética y cultural hacia una literatura moderna y cosmopolita. Entre sus revistas se cuentan Ser (1922), Irradiador (1923), Semáforo (1924) y Horizonte (1926-1927).
http://es.wikipedia.org/wiki/Estridentismo
Prisma de Manuel Maples Arce
La ciudad insurrecta de anuncios luminoso
flota en los almanaques
Y allá en la tarde
por la calle planchada se desangra un eléctrico
Yo departí sus manos
pero en aquella hora
gris de las estaciones
sus palabras mojadas se me echaron al cuello
y una locomotora
sedienta de kilómetros la arrancó de mis brazos.
Locomotoras, gritos
arsenales, telégrafos
El amor y la vida
son hoy sindicalistas
todo se dilata en círculos concéntricos
Poema Paroxismo de Manuel Maples Arce
Camino de otros sueños salimos con la tarde;
una extraña aventura
nos deshojó en la dicha de la carne,
y el corazón fluctúa
entre ella y la desolación del viaje.
En la aglomeración de los andenes
rompieron de pronto los sollozos;
después, toda la noche
debajo de mis sueños,
escucho sus lamentos
y sus ruegos.
El tren es una ráfaga de hierro
que azota el panorama y lo conmueve todo.
Apruo su recuerdo
hasta el fondo
del éxtasis,
y laten en el pecho
los colores lejanos de sus ojos.
Hoy pasaremos junto del otoño
y estarán amarillas las praderas.
¡Me estremezco por ella!
¡Horizontes deshabitados de la ausencia!
Mañana estará todo
nublado de sus lágrimas
y la vida que llega
es débil como un soplo.
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